Te comparto mi reflexión de como el arte de preguntar puede potenciar tu liderazgo. Te cuento sobre la estrategia conversacional que le permita al líder ampliar sus perspectivas para gestionar de manera acertada cualquier situación. Incluso permite terminar con la inercia cultural que representa al líder como la persona que sólo da respuestas. Y por último te digo como la habilidad de hacer preguntas puede afianzar las relaciones con el equipo y fortalecer la autoestima de los colaboradores.
Una forma de estar en la vida muy interesante es a través de hacerse preguntas. Tener la habilidad de formularse las preguntas adecuadas en nuestra vida personal, social o laboral puede ser sinónimo de avanzar, de crecer, de tomar la dirección acertada. Por el contrario, errar en el cuestionamiento puede implicar estancarse, o quedarse atrapado en un círculo vicioso que se retroalimenta a sí mismo.
“no vemos las cosas como son, sino como somos”
Filósofo Jiddu Krishnamurti
Este fenómeno ocurre porque como seres humanos no tenemos acceso a la realidad en su completud.
Fue el biólogo Humberto Maturana quien advirtió que el peligro mayor en los seres humanos está en confundir nuestra mirada estrecha con la realidad y pensar que nuestra visión es capaz de comprender la realidad de manera completa.
No nos imaginamos cómo el cuestionarse uno mismo o de realizar preguntas a otros, puede ayudarnos a analizar una situación problemática en profundidad.
Cuestionar nuestras decisiones y visiones, puede ampliar nuestro campo de reflexión y entender la realidad desde otros puntos de vista, que alcance nuevos análisis y se engrandezca nuestras perspectivas.
Preguntarse por todo, estimula nuestra curiosidad, hace que la realidad nos interpele, nos abre puertas al aprendizaje y a la novedad que trae el misterio de la vida.
En el ámbito del liderazgo, la historia es testigo de hechos con consecuencias desastrosas experimentadas por líderes que no hicieron preguntas. Por ejemplo, las catástrofes del hundimiento del Titanic, y del accidente del transbordador espacial Challenger, poseen un significativo elemento común: la incapacidad o la ausencia de voluntad de los participantes y de los líderes para plantear preguntas sobre sus preocupaciones.
¿Por qué los líderes no preguntan?
Estamos por inercia cultural, mas entrenados a dar respuestas que a formular preguntas
Además, tradicionalmente hemos pensado que los colaboradores acuden al líder en busca de respuestas, lo que a su vez era una expresión de la forma en la que el líder afianzaba su confianza.
Partimos de la base de que socialmente es más prestigioso saber, que querer aprender. Por eso muchas veces cubrimos nuestra ignorancia, callando nuestras preguntas y disimulando que sabemos. Sin tomar conciencia de cómo esta actitud, limita nuestro margen de posibilidades.
Mario Borghino en su libro “El arte de hacer preguntas”, explica algunos de los motivos por los que normalmente algunos líderes son esquivos a realizar preguntas:
- No quiero exponerme ante los demás y que parezca que no sé algo.
- Impresiono más si contesto y doy mi punto de vista.
- No quiero que piensen que realizo un interrogatorio o que intento manipular.
- No sé cómo obtener información de las personas que no conozco a través de preguntas.
- No sé qué preguntas formularme para conseguir mis metas.
- A las personas no les gusta que les hagan preguntas, se sienten interrogadas.
Estamos atravesando tiempos donde la incertidumbre y la falta de predictibilidad son un rasgo común. Por ello que el líder posea la capacidad de asumir su condición de aprendiz donde se está produciendo el cambio, no sólo no es un disvalor, sino que constituye la puerta de entrada al aprendizaje.
Peter Drucker, considerado como el gurú del liderazgo, dijo que el líder del pasado era una persona que sabía qué decir y ordenar, pero que el del futuro sería alguien que sabe preguntar.
Un beneficio oculto de las preguntas
Un beneficio oculto, que también recibe aquel líder que hace preguntas, y que está más allá del obtener otras perspectivas de la situación que este gestionando y de abrirse a nuevos aprendizajes, es el de fortalecer las relaciones con sus liderados. Ya lo dijo Andrew Sobel autor del libro Preguntas Que Valen Oro, “Hablar crea resistencia. Preguntar crea relaciones”
Seguramente además de afianzar la relación, que a la postre será la base de los resultados, el líder con la acción de preguntar avivará el amor propio de sus colaboradores, como fruto de su capacidad de generar aportes de valor para su equipo
“El elogio más grande que jamás se me haya otorgado fue cuando alguien me preguntó lo que pensaba y se mostró interesado en mi respuesta”
Filósofo Henry David Thoreau
Para finalizar
Para lograr que las preguntas provoquen respuestas con nuevas perspectivas el líder necesitará la habilidad de realizar preguntas abiertas. Esto quiere decir que las respuestas no estén circunscriptas en un sí o en un no.
También según el caso, precisará realizar preguntas que generen interés en sus oyentes y que estimulen conversaciones reflexivas, esto quiere decir que el tema sea significativo para los integrantes del equipo.
Por último, no es de menor importancia que cada pregunta se hace en un contexto conversacional, el cual consta de tres acciones: el hablar – hacer silencio – y escuchar.
Si el líder después de exponer su pregunta, no tiene la capacidad de hacer silencio y escuchar los aportes de sus colaboradores, todos los esfuerzos caerán en sacos rotos.
Si hicieras un recuento de tus acciones como líder, ¿en qué ambitos realizas preguntas y en cuales no?
¿Qué beneficios te aportaría consultar más con tu equipo?
Gracias por leerme, espero tus comentarios. Fuerte abrazo y hasta la próxima.
