En el liderazgo, los mensajes, los gestos, y las expectativas del líder pueden convertirse en una potente fuente de motivación para los trabajadores, o generar una importante frustración. La capacidad del líder para influenciar en el rendimiento de sus empleados se conoce como efecto Pigmalión.
Si la fe mueve montañas, el convencimiento del líder es capaz de movilizar equipos y conseguir de ellos su máximo rendimiento. Esto es el denominado efecto Pigmalión, un suceso que en psicología se explica: como la manera en que las expectativas de un líder pueden influir en el rendimiento de sus colaboradores.
El origen del efecto Pigmalión
El nombre Pigmalión nace de la leyenda de un mitológico Rey de Chipre, quien era conocido por ser un hábil escultor. Según relata el mito, en un momento de su existencia el Rey comenzó a buscar la mujer ideal para casarse y le dedicó muchísimo tiempo a esta tarea.
No era un obstáculo que no existieran candidatas, sino el problema eran las condiciones que su majestad tenía: deseaba “la mujer perfecta”. Frustrado en su búsqueda, resolvió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para remediar su tristeza.
Así creo a Galatea, una estatua tan bella que Pigmalión se enamoró. Un día, mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñaba que Galatea cobraba vida.
Al despertar, el Rey se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo “mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal”. Y así fue como Galatea se convirtió en humana.
El poder de la “profecía autocumplida”
La sabiduría griega nos permite identificar como se produce el efecto Pigmalión, ejemplo: cuando un maestro cree que su alumno es lento para aprender, el niño también lo creerá y, de hecho, aprenderá lentamente, en cambio sí un niño para el maestro es brillante, seguramente el niño capta esa expectativa y se esforzará para cumplirla.
Los psicólogos Rosenthal y Jacobson sostienen que: Las expectativas y creencias que poseen los líderes sobre la forma en que de alguna manera se conducirán sus colaboradores determinan precisamente las conductas que de ellos mismos producirán.” El efecto Pigmalión es una Profecía autocumplida. Dicho de otra forma, es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la posibilidad se cumpla.
Por ello surgen las profecías positivas, como la del ejemplo en que un niño capta la expectativa que tiene su maestro sobre él y trabaja para hacerla realidad. Pero también estan las profesías las negativas, que se producen cuando por ejemplo el líder tiene nulas o bajas expectativas sobre el futuro desempeño de un trabajador, quien seguramente también apreciará esa expectativa y trabajará para que la presunción se haga realidad.
¿Qué tiene que ver esto con el liderazgo organizacional?
El mito se vincula con la acción de como el líder se relaciona con sus colaboradores y como las expectativas que los directivos tienen de sus subordinados logran un poderoso efecto transformacional en ellos. Esto significa que si el líder tiene altas o bajas expectativas sobre la productividad de su equipo… ¡tiene razón! ya que el rendimiento de las personas estará directamente relacionado con lo que se espera ellas.
Según Sherri Hartzell, existen cuatro momentos diferentes que componen el Efecto Pigmalión:
- Cuando nos damos cuenta de la expectativa
- Cuando la expectativa se comunica
- Cuando el comportamiento se adapta para alcanzar esa expectativa
- Cuando esa expectativa se convierte en una realidad
El gerente que espera mayores y mejores resultados de su personal y que logra transmitirle esta expectación, estimula un rendimiento superior, en beneficio de ellos y de la propia empresa.
J. Sterling Livingston
El liderazgo y el efecto Pigmalión
Como lo vimos el efecto Pigmalión es la importancia que tienen las creencias y expectativas respecto de alguien, dado que afectaran su conducta a tal punto que se provoca la confirmación de dichas expectativas.
Es decir, el resultado que genera un colaborador está directamente relacionado con el comportamiento que tenemos hacia esa persona. Si un líder observa a uno de sus colaboradores y con un tono amigable le dice que lo felicita por cómo está realizando sus tareas y que ese resultado confirma las expectativas que tiene la empresa para con él.
Es muy posible que el líder provoco un resultado en la relación entre él y su colaborador, que impactará en la confianza, desempeño y en la productividad. Una acción positiva generó un círculo virtuoso para ambos.
“Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.”
Johann Wolfgang von Goethe
Para reflexionar
En la actualidad se observa en las Organizaciones ineficacia para capacitar gerentes con la suficiente habilidad para provocar relaciones productivas con sus empleados. Como consecuencia, muchas compañías están subdesarrollando a su capital más valioso, jóvenes con mucho talento eligen día a día abandonar las empresas por no recibir de sus jefes el apoyo y la posibilidad de crecimiento.
El desafío está claro para los altos ejecutivos que se preocupan por la productividad de sus organizaciones, se trata de acelerar el entrenamiento de líderes para que traten a sus subordinados de tal forma que conduzca a resultados elevados y satisfacción en su carrera.
El gerente no sólo moldea las expectaciones y productividad de sus subordinados, sino también influye en sus actitudes hacia el trabajo y hacia sí mismos. Si el gerente no posee esa habilidad, deja graves cicatrices en las carreras de los jóvenes. Pero sí tiene suficiente capacidad y altas expectativas para con sus subordinados, aumentará la confianza, desarrollará sus habilidades y su productividad será la esperada. Con mayor frecuencia de lo que se piensa en el mundo empresarial, un gerente es Pigmalión.
¿Habías escuchado este mito?
¿Cuales son las espectativas que posees sobre tus colaboradores?
Gracias por leerme, espero tus comentarios. Fuerte abrazo y hasta la próxima.